La movilidad por medio de la electricidad como eje central de un sistema de transporte sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
La movilidad eléctrica comprende la propulsión de un vehículo de manera eléctrica ya sea de forma completa o híbrida. Durante mucho tiempo ese concepto estuvo asociado solamente a la industria ferroviaria pero ahora podemos ver como la movilidad eléctrica se ha extendido a la mayoría de medios y formas de transporte : bicicletas, automóviles, patinetes, vehículos comerciales, drones, etc.
Los vehículos eléctricos pueden cargarse en cualquier estación de carga adecuada, sin embargo los cargadores comunes para viviendas tienen un límite de capacidad de carga. Debido a las potencias requeridas y a los tiempos de carga asociados, los puntos de carga (Wallboxes o columnas) especialmente diseñados para la e-Movilidad son la solución adecuada. En este punto, la industria energética es el socio imprescindible para el fomento de la movilidad eléctrica, siendo el responsable directo de la implementación a nivel nacional de infraestructuras seguras y fiables para su realización.
El sector del transporte es responsable de más de una sexta parte del total de las emisiones de CO2 siendo uno de los principales actores donde se debe concentrar el esfuerzo de reducirlas. Debido a que los combustibles fósiles como la gasolina y el diesel tienen una muy pobre eficiencia energética, el potencial de reducción de emisiones en la industria es enorme. Los vehículos eléctricos tienen cero emisiones (locales), las partículas contaminantes resultantes de los frenos se eliminan en gran medida mediante la recuperación eléctrica quedando solamente los neumáticos como fuentes de partículas contaminantes en la ecuación.
Los costes de adquisición son actualmente algo más caros que los de un vehículo convencional. A pesar de ello, existen varios programas de subvención gubernamentales para promover su implementación y, además, la amortización a la larga se deriva del ahorro en combustible y mantenimiento mecánico.
Los primeras generaciones de vehículos eléctricos arrojaron información al respecto : Los rangos teóricos de autonomía de 300 kms con los que se promocionaban se veían a menudo reducidos a la mitad, especialmente durante los meses de invierno. Afortunadamente la situación a cambiado hoy día, con baterias de capacidad superior a 60 kW/h, ahora los rangos de autonomía de 400 kms son una realidad en las carreteras. De acuerdo a las autoridades, el kilometraje medio diario de un conductor en Alemania es de 38 kilómetros aproximadamente.
Desde la persepectiva de los operadores de red, el incremento del número de vehículos eléctricos supone un desafío. Cargar un coche eléctrico implica aumentar la potencia generada durante un período de tiempo más largo. La carga de vehículos suele realizarse durante la noche, en horas de bajo consumo eléctrico comparado con las primeras horas de la mañana, momento en que la actividad laboral, industrial y de servicios tiene comienzo en paralelo para la mayoría de la población. Por ello la planificación de las infraestructuras y dispositivos de carga debe realizarse de manera inteligente. Además si la energía fotovoltaica sigue en expansión al mismo tiempo, la carga en la demanda de la red se podría ver reducida.
De acuerdo al plan de infraestructuras de carga del gobierno alemán, el objetivo es disponer de un millón de puntos de carga pública accesibles a lo lo largo de la nación para 2030. En el último cuatrimestre de 2021 el número de estaciones de carga en Alemania era de 25.500, comparado con los 21.400 de la misma fecha el año anterior. El desarrollo continúa y la tendencia es más alcista que nunca siendo necesaria un proyecto de expansión mucho más ambicioso. De acuerdo a los expertos, la cuota principal en cuanto a número de cargadores es privada, principalmente puntos de carga en los hogares o los sitios de trabajo.
El factor fundamental suelen ser los tiempos de carga, los cuales determinan la potencia necesaria y el tipo de carga a realizar. En la mayoría de casos, un punto de 11 o 22 kW suele ser suficiente para un coche eléctrico, sin embargo también hay estaciones de carga de corriente contínua que ofrecen mayores potencias de carga (hasta 300 kW). En resumen las estaciones de carga se diseñan en función de las necesidades individuales específicas.
No dude en ponerse en contacto con nosotros, estaremos encantados de asesorarle individualmente.
Contactar